martes, 2 de marzo de 2010

3º "B": Cultura Ilustrada y La mirada antropológica

El liberalismo y el industrialismo
por Claude Henry de Rouvry de Saint Simon

Ante todo decimos, que a los primeros hombres, por ser muy ignorantes y estar sometidos a pasiones muy violentas, la ley del más fuerte les sirvió de base para las primeras organizaciones sociales, y que las naciones habían tenido que vivir bajo el régimen militar puro, que luego fue feudal, durante muchos siglos; los poderes arbitrarios concentrados en un reducido número de manos eran un mal menor que la anarquía.A continuación, hemos establecido que la especie humana estaba destinada a ilustrarse y suavizarse por medio del comercio, a tomarle gusto al trabajo y a la producción, y entonces a dar por base a la organización social el interés común.Por último, hemos hecho ver que la transición desde el primero de dichos sistemas políticos al segundo tuvo que provocar una crisis larga y violenta.Ahora añadimos a tales ideas que la crisis de transición fue iniciada por las predicaciones de Lutero, y que nuestro catecismo de los industriales tiene por objeto ponerle fin.Añado que, desde Lutero hasta nuestros días, la dirección de los espíritus ha debido ser esencialmente crítica revolucionaria, porque se trataba de derribar al gobierno feudal antes de poder laborar en el establecimiento de la organización social industrial; pero, hoy en día, la clase industrial se ha transformado en la más fuerte y el espíritu crítico y revolucionario debe extinguirse, para ser reemplazado por la tendencia pacífica y organizadora.Y es para la formación del partido político y organizador por lo que invitamos a las personas que deseen constituir un orden de cosas estable y sosegado, a tomar la denominación de industrialistas, porque dicha denominación, al mismo tiempo, indica fin y medios; fin: dar por base a la organización social el interés de la mayoría; medios; confiar a los de más importantes industriales la administración de la riqueza pública”


El impacto del concepto de cultura en el concepto de hombre
por Clifford Geertz

“En el intento de lanzarme a esa integración desde el terreno antropológico para llegar así a una imagen más exacta del hombre, deseo proponer dos ideas: la primera es la de que la cultura se comprende mejor no como complejos esquemas concretos de conducta –costumbres, usanzas, tradiciones, conjuntos de hábitos-, como ha ocurrido en general hasta ahora, sino como una serie de mecanismos de control –planes, recetas, fórmulas, reglas, instrucciones- lo que los ingenieros en computación llaman “programas”, que gobiernan la conducta.Ninguna de estas ideas es enteramente nueva, pero una serie de recientes puntos de vista registrados tanto en antropología como en otras ciencias (cibernética, teoría de la información, neurología, genética molecular) las ha hecho susceptibles de una enunciación más precisa y les ha prestado un grado de apoyo empírico que antes no tenían. Y de estas reformulaciones del concepto de cultura y del papel de la cultura en la vida humana deriva a su vez una definición del hombre que pone el acento no tanto en los caracteres empíricamente comunes de su conducta a través del tiempo y de un lugar a otro, como sobre los mecanismos por cuya acción la amplitud y la indeterminación de las facultades inherentes al hombre quedan reducidas a la estrechez y al carácter específico de sus relaciones efectivas. Uno de los hechos más significativos que nos caracterizan podría ser en definitiva el de que todos comenzamos con un equipamiento natural para vivir un millar de clases de vida, pero en última instancia sólo acabamos viviendo una.”

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